lunes, 3 de diciembre de 2007

VIAJANDO

Empiezo hoy este diario de viaje, por la ciudad donde nací y he vivido la mayor parte de mi vida...BARCELONA.

Siempre me ha dado la sensación de libertad, sé que nunca me he ido del todo, así que cada vez que vuelvo a ella, recorro sus calles, extravío mi mirada frente al mar, disfruto del Barrio Gótico, lugar al que vuelvo todas las veces y siempre lo descubro como algo nuevo, y me paseo por todos los lugares como si fuera la primera vez.

Pero mi mirada ya no es la de antes, es la de aquel que ha perdido algo y lo encuentra de nuevo, es valorar más lo que ha tenido, es la nostalgia de la lejanía y es el amor de lo que se quiere.

Foto: Oblivion
Pasear por las Ramblas y disfrutar de las flores matizadas con el sonido de los pájaros y animalitos que las acompañan, entrar en Casa Beethoven , quien no es capaz de encontrar ahí la música que le hace falta, allí las notas resuenan entre la antiguedad de sus paredes, entre montones de partituras, sólo con abrir la puerta ya suena a música, Jaume Doncos su dueño tiene en sus palabras, la musicalidad de sus conocimientos.


¿Quién no conoce aún el Bosc de les Fades?, que lugar más maravilloso para sentirse como si tu mismo, fueras el protagonista de un cuento. La primera vez que lo descubrí, me cautivó, quizás porque mi espíritu de Campanilla me hace sentir en mi propia casa.


El Bosc de les Fades, tiene el encanto de la fantasía, es como soñar despierto, sintiendo el sonido del agua, la calidez de la luz que lo envuelve, tienes las sensación que los gnomos se te van aparecer de un momento a otro... ¿quién sabe?

BARCELONA, tiene la magia de muchas cosas, sus monumentos, sus parques y jardines. He visto las ocas del claustro de la Catedral, montones de veces, sin embargo, nunca me canso de verlas, siempre me parecen distintas.
...Y el rincón de Oblivion...bueno ese nombre se lo puse yo, el patio es precioso, en uno de los pasajes que hay al lado de la Catedral, estaba dentro del patio y de pronto sonaron los primeros compases de ese maravilloso tango de Astor Piazzolla, unos chicos lo tocaban afuera, pero las notas penetraron por las paredes y se elevaron hasta lo más alto, lo mismo que si treparan por las copas de los árboles y las hojas les hicieran el acompañamiento, ese es el rincón de muchos músicos, ahí todo suena distinto, ese lugar tiene algo, no es necesario altavoces para que la música suene en estéreo, recuerdo también en otra ocasión a Lucas Turquie un guitarrista que tocó justo en el momento en el que yo pasaba por ahí, Por una cabeza, no es que el tango me persiga, es la casualidad o la causa lidad que hace que siempre haya un tango en un momento preciso, los chicos seguían tocando Oblivion, dentro del patio me sentí como la bailarina de las cajas de música, sólo necesitaba ponerme a bailar, las ganas no me faltaban, me sentía pequeña y me parecía todo inmenso a mi alrededor.


Barcelona es mil cosas y resulta difícil plasmar el sentimiento de toda una ciudad, en unas pocas líneas.

Barcelona es multicolor como los puestos de fruta del mercado de la Boqueria .

Pero en esto como en todo, si ahora viviera en ella, la viviría de distinta forma, me detendría y trataría de parar el tiempo, aunque sé que eso es imposible, pero empaparía mi mirada desde Montjuic hasta el Tibidabo, pasando por las Ramblas y el Paseo de Gracia, llenaría mis ojos de todos los rincones y sentiría que soy parte integrante de cada una de sus piedras, pero como un corazón latente, el que se me desborda de nuevo cada vez que piso sus calles y veo el mar.

COM T'ENYORO BARCELONA, MAI ME N'HAVIA ADONAT.

COMO TE AÑORO BARCELONA, NUNCA ME HABÍA DADO CUENTA.


Fotos: Oblivion, Ocas y Mercado Boquería realizadas por Campanilla.